Esp. Juan Hugo Hernández García. Se incorpora al INCA en 1980 como técnico recién graduado de química analítica. Después de cumplir su servicio militar, se reincorpora y es ubicado en el Departamento de Fisiología y Bioquímica Vegetal.
En los más de 32 años dedicados a la actividad de laboratorio ha sido reconocido con la condición de Vanguardia a nivel de centro y en dos oportunidades, Vanguardia nacional. Ha participado en adiestramientos a técnicos recién graduados y por su propia actividad técnica ha contribuido a la obtención de resultados y premios Academias, CITMA, Fórum y eventos de técnicos medios.
Desde hace varios años, se desempeña como especialista principal en la producción de bioestimulantes, es también el responsable de la producción, calidad y venta de los mismos. Él junto a un grupo de trabajadores que conforman el equipo de trabajo se sienten reconocidos por su aporte no solo a la economía del INCA, en especial, por su contribución a la obtención de los bioestimulantes tan necesarios para la agricultura del país.
Al responder sobre la importancia de la labor que desarrolla, expresó que el país vive momentos complejos, debido al criminal bloqueo impuesto por el gobierno de los Estados Unidos, que impide la obtención de insumos para nuestra agricultura; el Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA), tiene en cada Investigador, Especialista, Técnico y Obrero en general una contribución importante, pues a cada quien le corresponde aportar según sus deberes funcionales para sustituir importaciones. Actualmente los bioproductos que se obtienen en el Departamento de Fisiología y Bioquímica Vegetal del INCA (QuitoMax®, PectiMorf® y AzoFert®), de gran aceptación por los productores estatales y privados, ya que, entre sus bondades favorecen el crecimiento y rendimiento de los cultivos; son bioproductos totalmente inocuos para una alimentación sana, con mayor calidad de vida. Estos últimos años de su vida laboral pretende aportar toda su experiencia a la formación y adiestramiento de técnicos jóvenes, inculcarles valores tan importantes como responsabilidad, utilidad, altruismo, honestidad y trabajo en equipo; la importancia de los procedimientos como soporte para las buenas prácticas del trabajo técnico y en los resultados de calidad.